- ¿Algunas vez has innovado o emprendido y has observado que los clientes no se comportaron como dijeron y afectó mucho a los resultados?
- ¿Persistes en un modelo de negocio porque llevan mucho tiempo y dinero invertido creyendo que el éxito está a la vuelta de la esquina?
- ¿Has tomado decisiones y con el tiempo has considerado que quizá no fueron tan acertadas? ¿Que te cegó?
- ¿Estás liderando una transformación y sientes una oposición exagerada o bien una resistencia silenciosa?
- ¿Habéis tomado una decisión firme y has percibido después ciertos indicios de autosabotaje individual o colectivo?
¿Que está sucediendo? Agarrate que va!!!
- Tu percepción de la realidad es falsa, es una ilusión
- No percibimos la realidad como es
- Nuestra atención, percepción e interpretación de los hechos es tan imperfecta como nuestra memoria y capacidad de aprendizaje.
- Deformamos tanto el pasado como el futuro
- Nuestras predicciones se basan en el pasado y suelen ser falsas
Vemos realidades que no existen y no vemos realidades que existen.
Bienvenido a un mundo donde las personas no percibimos la realidad como es y las personas decidimos de manera irracional. Muchas veces parece que no nos interesa la realidad ni la verdad ni los datos sino confirmar nuestras ideas propias.
Kahneman nos ha demostrado que decidimos usando unos atajos mentales (heurísticos) que son veloces pero muchas veces imperfectos. Ante una avalancha de información ponemos la atención solo en una parte, no siempre percibimos como son las cosas y llegamos a conclusiones subjetivas erróneas especialmente si hay presión de tiempo y estrés.
La subjetividad no es mala pero a más subjetividad, más percepción y más interpretación, luego más exposición a los 200 sesgos cognitivos que afectan a nuestra atención, memoria, creencias, predicciones y decisiones.
Las emociones y el sistema automático de decisión inconsciente están en la base de cualquier decisión porque tenemos creencias, asociaciones, memoria… Dependiendo de nuestro estado emocional prestamos atención a unas cosas u otras y estamos mas o menos condicionados por nuestro pasado.
Hay sesgos atencionales, sesgos de percepción y pensamiento, sesgos emocionales, de memoria y sociales, sesgos de creencias y predicciones, sesgos de decisión y conducta.
Hay mas de 200 maneras de sabotear el éxito.
Nuestro cerebro prefiere ahorrarse el proceso de reflexionar. Y algunas personas y organizaciones dicen que “no tienen tiempo para pensar”. Pues decidiremos en automático y luego nos sorprenderán los resultados.
Los sesgos cognitivos ocurren a profesionales competentes, racionales y motivados, no son errores de pensamiento. Son sistemáticos y predecibles y se pueden incorporar en los modelos de toma de decisiones y de predicción.
Thaler y Kahneman son fuentes muy recomendables
Dar tiempo a la reflexión permite tomar conciencia y un aprendizaje profundo.
Por cierto, en estados emocionales de calma y en reflexiones grupales solemos estar menos expuestos a los sesgos cognitivos, somos mas libres y nuestra mejor versión individual y grupal
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Tomas Elorriaga
tomas@banpro.es