Todos esperamos mejorar nuestros resultados y algunos saben que los resultados no solo vendrán de los ahorros, de la optimización… sino principalmente de la innovación. Nada contribuye más a resultados que la innovación.
Hasta ahora hemos vivido más de la optimización, de la mejora continua, de reducir costes, de mejoras de la eficiencia operativa, sin hacer demasiados cambios culturales u organizativos, y menos aún cambios sutiles.
Cuando hablamos de la innovación de verdad, hacer cosas nuevas o cambiar radicalmente lo que hacemos y cómo lo hacemos, nos vamos a poner en una situación temporal de incertidumbre, de desconocimiento y de incompetencia.
Los avances en neurociencias nos van dejando claro el estado del cerebro cuando la persona está en modo supervivencia. Muchos egos en estado de supervivencia son incompatibles con la innovación, porque habrá demasiado control, miedo, defensa del pasado, justificación para seguir igual, enfoque a los errores, demasiado individualismo, preservar lo que ya existe, aversión a la pérdida, defender los caminos trillados conocidos, es decir, se proyectará la realidad que ya existe, se defenderá y se reforzará.
En las empresas hay egos útiles en la operativa diaria pero son contraproducentes en la innovación ya que materializan lo contrario de lo deseado. Demasiado centrado en lo que ya existe, en lo tangible y material.
El estado mental creador que exige la innovación, es otro estado de conciencia
que debe ser compartido en la organización, además de disponer de procesos, métricas y metodologías. Se requiere otra estrategia, liderazgo, equipos… pero sobre todo
- Otra conciencia, la que se requiere romper lógicas del sector e imaginar lo que no existe…
- Estar fuera del espacio-tiempo actual y del entorno “real” actual para soñar lo imposible,
- Nuevas ventanas espacio-temporales para imaginar el futuro con entusiasmo, autonomía y libertad,
- Trabajar posibilidades desde nuevas miradas y con valentía hacia lo desconocido y apostar por posibilidades
- Conexiones externas diferentes y sostener la incertidumbre,
“Si bien la lógica y los egos podrían ser útiles para gestionar los recursos y lo material, cuando hablamos de crear nuevas realidades se debe trabajar desde otra conciencia”.
Innovar es crear nueva realidad y según la física cuántica, que consideran tanto lo objetivo como lo subjetivo, la realidad material que percibimos es una realidad secundaria alterada por la conciencia del observador. Es lo sutil lo que causa lo material y los resultados.
La realidad primaria original es inmaterial, es conciencia vibratoria y se basa en un estado creador que se basa en gestión de la atención, intención, percepción, información, pensamiento, emoción y lenguaje principalmente. (La parte más intangible de lo intangible)
Sabemos que innovación no es solo idea, ni que pueda hacer I+D aislado del resto de la organización, sino que debe ser estructurado y crear su cultura de innovación … si queremos multiplicar la eficiencia y resultados de la innovación x10.
Necesitamos entender la dimensión emocional de los negocios y en la actualidad ya es imprescindible comprender además la dimensión espiritual.
Tomas Elorriaga