El poder creador de las emociones

La función adaptativa, motivacional y social de las emociones.-

Cuando nos preguntamos para qué sirven las emociones, suelen decir los expertos que nos ayudan a adaptarnos al medio, por eso son adaptativas.  Preparan a tu cuerpo para la situación, para reaccionar a la situación que percibes en el entorno.

Cada emoción la produce la persona a través de captar del exterior información y según la interpretemos generamos una respuesta corporal y conductual específica. Si percibimos una situación interpretada como “de peligro” , nuestra percepción del peligro activa una respuesta cardíaca, respiratoria, endocrina, circulatoria y muscular que nos hace huir. No hay reflexión, la respuesta no se piensa, sencillamente se actúa. Es la dimensión motivacional de las emociones, que nos preparan para la acción o respuesta.

Muchas veces podemos sentir emociones no adecuadas al lugar, momento o tarea que estamos desarrollando. En estos casos las emociones pueden bloquear nuestro pensamiento y conducta creando situaciones contraproducentes. Podemos sentir por ejemplo miedo o vergüenza en una tarea creativa, lo que inhibirá nuestra creatividad o aumentará nuestro juicio autocrítico sobre las ideas generadas. En estos casos las emociones son “no adaptativas”, no ayudan a la tarea y es cuando es necesario regularlas.

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Reeve (1994) describe también la función social de las emociones, al comunicar a través de nuestro rostro, postura corporal, voz y tono de voz (lenguaje no verbal y verbal), nuestro estado emocional y poder nosotros también conocer el estado emocional de los demás para poder prevenir sus reacciones y sobrevivir.

La función creadora de las emociones.-

A nuestro juicio la función adaptativa, social y motivacional de las emociones se quedan cortas y es una visión estrecha e incompleta.

Los avances en neurociencias nos indican que nuestras emociones responden de la misma manera ante acontecimientos externos como pensamientos internos. Nuestras emociones responden idénticamente tanto a lo que interpretamos como amenazante como a lo que imaginamos como amenazante. Respondemos igual a una situación agradable real como una situación agradable imaginada.

Investigaciones realizadas por Banpro y Humaning  tanto en un entorno personal como empresarial, tanto a nivel individual como colectivo, muestran que podemos crearnos nuestra situación de “bienestar subjetivo” a voluntad con las emociones.

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Las emociones básicas están codificadas biológicamente pero las personas tenemos capacidad para aceptar, interpretar y crear situaciones emocionales, como si pudiéramos ir en tanto en un modo automático como en un modo intencional.

Hemos sometido a diversas personas a estímulos externos que producen miedo, tristeza, alegría y calma mientras estaban sensorizadas con EEG y HRV. A las mismas personas les pedimos después que imaginen y sientan conscientemente situaciones que les producen las mismas emociones. Las reacciones son prácticamente las mismas a nivel cerebral, endocrino y corporal.

Se evidencia que las personas entran en vagotonía a través de sentir las emociones agradables y que como consecuencia, el sistema nervioso autónomo se modifica entrando en vagotonía, y con ello corazón, pulmones, sistema endocrino…. Entran en calma y reparación en base a la coherencia cardiaca. Son evidencias de que según se sienta una emoción u otra, el cuerpo se altera.

En la fase inicial la persona se imagina situaciones de miedo y tristeza bajando la variación del ritmo cardiaco y entrando la persona en simpaticotonía. Hacia el minuto 2 se empieza a imaginar situaciones de calma y humor, aumentando la vagotonía, la coherencia y el HRV.

Como estos cambios a nivel de cerebro y cuerpo pueden ser realizados a voluntad para cambiar la corporalidad, hablamos de la función Creadora de las emociones.

Realmente ambos mecanismos, Adaptativo y Creador, funcionan para las emociones agradables como para las desagradables y tanto en modo consciente como inconsciente. En el modo Adaptativo, en el día a día cuando hay hechos que interpretamos como buenos o malos de forma automática se produce una reacción emocional agradable o desagradable dependiendo de nuestras creencias inconscientes que afectan a nuestro cuerpo, a nuestra comunicación y a nuestra acción.

En el modo Creador, las emociones que se proyectan pueden ser desagradables (ira, miedo, tristeza, culpa…) o bien agradables (alegría, seguridad, satisfacción, calma, curiosidad…) y que surgen desde el interior. Junto con la atención o intención nos hace amargarnos la vida o crear una situación maravillosa, es decir, crean realidad o mejor dicho la proyectan al exterior.

Parece haber evidencias que tanto el cuerpo tiende a desencadenar emociones y pensamientos como las emociones y pensamientos afectar al cuerpo. El cuerpo son sus hormonas y neurotransmisores que bañan todas las células del cuerpo y cerebro puede favorecer ciertas emociones (estoy triste porque lloro). Sin embargo ciertos pensamientos y emociones puede hacer que cambie la química hormonal del cuerpo y generar tanto reacciones corporales agradables como desagradables y enfermedades. En cualquier caso pensamiento y emoción junto con corporalidad y lenguaje deben considerarse como un todo indivisible y coherente.

Si deseas profundizar mas en utilizar la función creadora de las emociones, ponte en contacto con nosotros.