EL LIDERAZGO POSITIVO EN LAS ORGANIZACIONES

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¿En qué se centra el Liderazgo Positivo según Kim Cameron?

El liderazgo POSITIVO,  se centra en promover y permitir actuaciones inesperadas, espectaculares y extraordinarias. Está orientado hacia intervenciones que, por definición, se desvían positivamente de la norma. Las desviaciones positivas se han equiparado, a veces, con la virtuosidad o, en griego, el eudemonismo. Significa que la desviación positiva representa el éxito de lo mejor de la condición humana y promueve que las aspiraciones más elevadas de los seres humanos se sostengan por ellas mismas. Significa algo más que ser inspirador o carismático. Permite una actuación extraordinaria de los demás.

El Liderazgo Positivo enfatiza lo que eleva a los individuos y a los sistemas (adicionalmente, a lo que les disminuye), lo que marcha bien en las organizaciones, lo que es estimulante , lo que se ha experimentado como bueno, (contrapuesto a lo que es malo o penoso) y lo que es estimulador (frente a lo que es deprimente).

Un caso real Un ejemplo de este tipo de liderazgo se produjo en el Hospital Griffin (Connecticut): el hospital tuvo que hacer frente a una crisis cuando el popular vicepresidente de Operaciones, Patrick Charmel, fue obligado a dimitir por el Consejo de Administración. La mayoría de los trabajadores consideraban que era el administrador más eficiente e innovador del hospital y también un jefe ejemplar, rebosante de energía positiva y de esperanza para el futuro. Cuando dimitió, la organización se convirtió en un tremendo caos. Conflictos, murmuraciones, críticas y sentimientos adversos permeabilizaron el sistema. Finalmente, un grupo de empleados apeló formalmente al Consejo de Administración para que sustituyeran al nuevo presidente y CEO por el Sr. Charmel. La presión que ejerció el grupo fue finalmente exitosa y el presidente y CEO tuvo que dimitir como consecuencia de ello. Charmel fue contratado para ocupar ambos puestos.

A los seis meses de su regreso, el hospital tuvo que hacer frente a pérdidas de millones de dólares y Charmel tuvo que despedir a algunos de los trabajadores que habían apoyado su reincorporación. Normalmente, los efectos negativos derivados de la reducción de personal –como son la pérdida de lealtad y de moral, sentimientos de injusticia e hipocresía, acusaciones, cinismo y enfados– habrían aumentado. Sin embargo, se produjo lo contrario. Charmel realizó un gran esfuerzo para institucionalizar el virtuosismo, es decir, la implantación de aspectos de liderazgo de desviación positiva, en lugar de limitarse a gestionar el cambio requerido.

Se centró en  promover un clima positivo en lugar de uno negativo, haciendo énfasis en las relaciones, la comunicación y el trabajo significativo. La organización institucionalizó el perdón, el optimismo, la confianza y la integridad. En Griffin, las historias de compasión y muestras de amabilidad y virtuosismo estaban a la orden del día. Los empleados comentaron que el daño personal y organizacional causado por las reducciones anunciadas –amigos perdiendo sus empleos, recortes de presupuestos…– se perdonaron; los trabajadores olvidaron sus rencillas y resentimientos y el personal veía ante sí un futuro optimista.

El lenguaje utilizado dentro de la organización incluía, habitualmente, términos como amor, esperanza, compasión, perdón y humildad, especialmente en referencia al liderazgo que anunció las acciones relativas a las reducciones. El resultado fue que Griffin apareció en la lista de los 25 mejores lugares para trabajar durante más de cinco años y, además, ocupa el puesto número 12 en el ranking de Top 100 Quality Award.

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LAS ESTRATEGIAS

Son diversas las estrategias que facilitan la desviación positiva pero hay cuatro que son especialmente críticas y sobre las que raramente se trata.

1. Clima positivo
Un clima positivo es aquel en el que los sentimientos e interpretaciones positivos prevalecen por encima de los negativos.  Numerosas investigaciones científicas han confirmado que la promoción de este tipo de emociones (tales como el perdón, el amor o el aprecio) amplían las perspectivas cognoscitivas y mejoran la capacidad de las personas para asimilar más información, hacer interpretaciones más ricas y experimentar niveles más altos de creatividad y productividad.

Ponerlo en práctica

Fomentar el perdón, la compasión y la gratitud en las organizaciones son estrategias prácticas para promover un ambiente positivo. El perdón. Llega a ser relevante en las organizaciones cuando se producen sucesos perjudiciales o hirientes –por ejemplo, en reducciones y recortes de plantilla, en difíciles negativas a los sindicatos o en errores embarazosos–. Proporciona apoyo a los individuos al comunicarles que el desarrollo y el bienestar humanos son tan importantes dentro de las prioridades de la organización como el balance financiero, y se presta atención al lenguaje para que términos como perdón, compasión, humildad, coraje y amor se acepten en las conversaciones de la organización.

La compasión. Cuando la gente experimenta acontecimientos difíciles o negativos, las respuestas compasivas son esenciales para promover un clima positivo. El primer paso es darse cuenta o ser consciente de qué está ocurriendo, es decir, estar pendientes de los compañeros que necesitan ayuda.

La gratitud. Realizar actos de compasión y perdón crea una sensación de gratitud en las personas. Se ha comprobado que esta emoción genera efectos espectaculares sobre la actuación individual y de la organización. Las investigaciones confirman que la salud psicológica, la función cognoscitiva y el rendimiento en el trabajo son sustancialmente mayores cuando se fomenta la gratitud en el lugar de trabajo.

2. Relaciones positivas
Las relaciones sociales positivas –las conexiones que elevan el espíritu asociadas con interacciones interpersonales de los individuos– tienen efectos beneficiosos sobre numerosos aspectos del comportamiento humano y de la salud. De hecho, abundantes estudios reflejan que las relaciones sociales positivas afectan a los sistemas hormonal, cardiovascular e inmunológico del individuo, mejorando, por lo tanto, la salud, el bienestar, el rendimiento en el trabajo y la naturaleza de las relaciones en sí mismas.

Ponerlas en práctica

Existen muchas estrategias para promover las relaciones positivas en el trabajo pero, entre las menos comunes, siendo de las más críticas, está el crear una red de energía positiva y centrarse en las fortalezas individuales. Las personas “vigorizantes” crean y refuerzan la vitalidad en los demás. Les elevan el ánimo y levantan la moral. Interactuar con vigorizantes positivos hace que los otros se sientan vivos y motivados. En cambio, los vigorizantes negativos merman los buenos sentimientos y el entusiasmo de los demás. Minan las fuerzas y debilitan a las personas, agotando y disminuyendo sus sentimientos. Los vigorizantes positivos benefician a sus organizaciones permitiendo que otros actúen mejor.

Identificar y construir sobre los puntos fuertes de las personas es más beneficioso que buscar y corregir sus debilidades.

3. Comunicación positiva
La comunicación positiva se produce en las organizaciones cuando el lenguaje afirmativo y solidario sustituye al lenguaje negativo y crítico. El único factor más importante, capaz de predecir la actuación del equipo –dos veces más poderoso que cualquier otro factor–, es el ratio entre comentarios positivos y negativos. Los comentarios positivos son los que expresan aprecio, apoyo, ayuda, aprobación o halagos. Los negativos manifiestan crítica, desaprobación, insatisfacción o desacuerdo. Los diferentes estudios revelan que en las empresas que aplican la desviación positiva, el ratio de comentarios positivos o negativos es aproximadamente de cinco a uno. 

4. Significado positivo
Aquellos para quienes el trabajo es un empleo, lo realizan motivados fundamentalmente por la recompensa económica o material que este proporciona. Los individuos con orientación hacia la carrera están motivados por el éxito. La tercera orientación, la de vocación, se caracteriza por proporcionar a los individuos unos beneficios intrínsecos y un sentido profundo del trabajo. La orientación de vocación está relacionada con resultados positivos y con una actuación superior, individual y organizacional. Por ejemplo, los trabajadores con este tipo de orientación obtienen unos resultados de mayor satisfacción en su ámbito laboral –y también en los otros aspectos de su vida– que aquellos cuyo trabajo está orientado hacia el empleo o la carrera

La evidencia de las investigaciones sugiere que el liderazgo de desviación positiva está asociado a resultados extraordinariamente buenos.

Tomas Elorriaga
Experto en Psicología Positiva Aplicada
tomas@banpro.es