A las personas que no han procesado la ira, les resulta difícil la amabilidad o compasión, porque sienten que ser una persona amable o compasiva, significa desprenderse de la ira: no es amable sentir enfado, en vez de comprender que la amabilidad o compasión es una cuestión de honestidad, tolerancia y comprensión de los propios sentimientos. Para algunas personas la ira ocupa todo su espacio.
Si somos capaces de de activar en nuestra mente voces amables, acogedoras y saludables, en lugar de voces amenazadoras y críticas, podremos empezar a desarrollar el valor y reducir los sistemas de amenaza internos. La amabilidad , es un tipo particular de afecto positivo que está vinculado a relaciones sociales y a sentimientos de satisfacción, seguridad y conexión.
La investigación sobre la distribución de la atención ha puesto de manifiesto, que dedicamos mas atención a las amenazas que a lo positivo (Baumeister et al., 2001). Si vamos a diez tiendas y nueve de los empleados son amables pero uno se muestra descortés y rudo, lo más probable es que al volver a casa, nos encontremos rumiando sobre el que fue grosero y nos olvidemos de los que se mostraron amables.
Esto ocurre porque nuestro cerebro está preparado para ser "sensible a la amenaza más que sensible a la recompensa" (Baumeister et al.,2001; Gilbert, 1998), y esto se hace mas evidente cuando nos encontramos en estados de ansiedad o amenaza. De modo, que podemos contrarrestar esta tendencia, entrenando para centrarnos en la buena disposición de los demás, aprender a prestar atención y a "quedarnos" con la amabilidad de los otros.
Para algunas personas los sentimientos positivos como de amor y satisfacción, generados por endorfinas y oxitocina, resultan altamente atemorizantes. Esto sucede porque esta clase de sentimientos positivos requieren que uno se abra a los demás y que se haga mas confiado.
El trabajo centrado en la amabilidad, es una forma de cambiar, de redirigir, de tomar el control e intencionadamente desarrollar la capacidad de moverse en los sistemas de emociones y sentimientos que conducen al bienestar, y requiere de práctica. Si por ejemplo, estamos molestos y tenemos un traspiés en la vida y hay alguien que es lo bastante amable y comprensivo con nosotros, esto nos va a ayudar a resolver el sentimiento de estrés y a sentirnos apoyados.
Para un uso adecuado de nuestra mente, el Dalai Lama suele señalar la necesidad de que cultivemos una "mente tranquila". En las artes marciales el objetivo se centra en aprender a situarse en el presente y luchar o defenderse desde un punto de quietud mas que de rabia, de terror o de deseo de hacer daño. Puedes hacer la prueba empezando a respirar rápido y observando los cambios que tienen lugar en tu cuerpo y luego aflojando tu ritmo respiratorio.
Solo podemos ser una versión de nosotros mismos, pero siempre son posibles otras versiones diferentes, para eso entrenamos.
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