¿Es el ESTRES causante de problemas?

shutterstock_78650317jpg

Gran parte de nuestro estrés procede de las amenazas, reales o imaginarias, a nuestro estatus social o a la sensación del modo en que los demás nos perciben. Y la reacción de lucha o huída puede sobrevenirnos aun en ausencia de situación amenazante y basta para ello, con que nos sintamos simplemente amenazados.

La reacción de lucha o huida es tan rápida y automática que en lugar de proporcionarnos energía para solucionar problemas suele, en el dominio social, generárnoslos. Todo lo que amenaza nuestra sensación de bienestar- los retos a nuestro estatus social, a nuestro ego, a nuestras creencias mas firmes, a nuestro deseo de controlar las cosas o a que sean de un determinado modo- puede desencadenarlo.

Y cuando la cosa ocurre, nos vemos catapultados, nos guste o nos desagrade, a un estado de hiperexcitación y prestos a la lucha o huida. Pudiendo convertirse  la hiperexcitación en una forma permanente de vida, permaneciendo casi siempre tensos y ansiosos, experimentando tensión muscular crónica en los hombros, el rostro, la frente, la mandíbula y las manos, aumento del ritmo cardiaco, temblores internos, mariposas en el estómago, palpitaciones, taquicardias, o teniendo las palmas de las manos crónicamente sudadas, aflorando con frecuencia el impulso a huir, las explosiones de ira y el impulso a discutir o pelearse. 

La capacidad de desencadenar una reacción de lucha o huida forma parte de nuestra naturaleza y tiene consecuencias biológicas, psicológicas y sociales insanas, por lo que es muy importante si queremos invertir una pauta de reactividad automática al estrés muy asentada y la carga que la acompaña, que tengamos conciencia de esta tendencia y de lo fácilmente que se activa.

La CONCIENCIA es el elemento que nos ayuda a liberarnos de nuestras reacciones al estrés en aquellos momentos en que nos sentimos amenazados y nuestro primer impulso en huir, atacar o quedarnos paralizados.

El elevado estrés y la intensa activación de la amígdala desconectan la actividad de la corteza prefrontal, obstaculizando el funcionamiento de las funciones ejecutivas e impidiéndonos pensar con claridad y tomar cuando mas las necesitamos, decisiones emocionalmente inteligentes. 

Apenas tomamos conciencia, es cuando es posible apelar a la corteza prefrontal y fortalecer su actividad, otro rasgo distintivo de la resiliencia.

Las personas que se detienen y hacen una pausa, ejercicio, meditan, hacen yoga, comparten sentimientos con algún amigo/a, y recuerdan la necesidad de contemplar las cosas de manera diferente, tienden a ser mas resistentes al estrés.

shutterstock_2209376021jpg

Una de las estrategias de enfrentamiento mas inadaptadas es la negación. ¿Tenso yo? ¡Pero si yo no estoy tenso!, mientras el lenguaje corporal revela claramente la tensión muscular y las emociones sin resolver. La ira y el resentimiento son indicadores seguros de la resistencia a mirar mas profundamente en nuestro interior. Pero merece la pena si estamos interesados en encontrar una nueva forma de estar en la vida y en el mundo.

 El exceso de estrés y las pocas habilidades eficaces de enfrentamiento pueden consumir nuestros recursos emocionales y cognitivos hasta el punto de provocar lo que en ocasiones se denomina, colapso nervioso, es decir, la sensación de ser completamente incapaz de funcionar en la vida cotidiana. Es habitual hoy en día utilizar el término burnout (estar quemado) para referirse a un estado similar de agotamiento psicológico con la pérdida correlativa de impulso y entusiasmo por los detalles de nuestra vida. La persona “quemada” se siente alienada de su trabajo, de su familia y de sus amigos, y todo para ella pierde sentido.

¿Merece la pena entonces, trabajar las EMOCIONES en nuestra empresa, por el bien de nuestra gente en particular y por el bien de nuestra empresa en general?


Empresa Saludable 4.0. Psicología Positiva Organizacional. Competencias Emocionales. Mindfulnes. Life Coaching.