¿Cómo responden CEREBROS FELICES ante estímulos negativos?

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Investigaciones recientes proporcionan una nueva comprensión de la amígdala del cerebro. Por ejemplo, se te rompe un vaso mientras preparas el desayuno, pillas un atasco mientras vas a trabajar, tu jefe te llama la atención porque llegas tarde... Felicidades! Estás teniendo un mal día. Le pasa a todo el mundo en un momento o en otro. Pero cómo reaccionamos antes estos acontecimientos en la vida, revela mucho sobre nuestro cerebro. Las personas con personalidades mas afables están mejor capacitados para regular las emociones que personas con personalidades mas sombrías. 

¿Por qué es esto?

Hay muchas posibilidades. Una de ellas es que las personas optimistas llevan lo que se llama metafóricamente “gafas de color rosa” y les permite centrarse en las cosas positivas y omitir las negativas. Otra es que las personas optimistas saborean mas las cosas buenas, y se permiten levantar su estado de ánimo aun cuando se encuentran mal. Y esto es debido a la forma en que van la vida.

Un camino para testear esta hipótesis, es ver la actividad de la amígdala -una pequeña zona del cerebro en forma de almendra que hasta ahora se le tenía como el centro del “miedo”.
En algunas personas, el aumento de la actividad de la amígdala se ha relacionado con la depresión y la ansiedad. Sin embargo, se sabe menos sobre cómo responde la amígdala ante estímulos positivos. Y esto es lo que los psicólogos William Cunningham de la University de Toronto y Alexander Todorov de la Universidad de Princeton están estudiando.

En una serie de recientes estudios de la Fundación John Templeton, han descubierto una nueva amígdala, implicada en la conexión humana, la compasión y la felicidad. Según las investigaciones las personas optimistas no ignoran las amenazas, simplemente están mas orientados a lo bueno.

¿Para qué sirve la amígdala?

Una cebra siempre tiene que estar atenta a los leones y depredadores, aunque esté bebiendo agua o haciendo otra cosa. Y los científicos siempre han vinculado esta función de vigilancia a la amígdala, para evitar consecuencias letales.

¿Pero también responde la amígdala a estímulos positivos?

Cunningham y sus colegas tomaron estas preguntas en un estudio publicado el año pasado en el Journal of Cognitive Neuroscience. Cogieron a 15 personas a las que les mostraron imágenes mientras registraban la actividad de su amígdala utilizando la resonancia magnética funcional (IRMF). Las imágenes variaban en el contenido emocional (positivas, negativas o neutras) captando la emoción que les evocaban. De los datos de la resonancia magnética funcional, Cunningham y sus colegas encontraron que las imágenes negativas provocaron actividad en la amígdala, como se esperaba. 

Las imágenes positivas  también lo hicieron, pero solo cuando se les dijo explícitamente a los participantes que se concentraran en ellas. Los humanos tenemos una tendencia a centrarnos en las amenazas. Sin embargo, ésta investigación sugiere que la gente puede ser capaz de compensar esta tendencia conscientemente tratando de centrarse mas en lo positivo. Otro estudio realizado por un equipo que incluyó a Cunningham y Todorov, que será publicado en el libro Positive Neuroscience, encontró que la amígdala "también puede ser el corazón de la compasión". Los investigadores analizaron el cerebro de los participantes mientras veían imágenes de personas que se orientaban a objetivos o de personas que pedían ayuda. 

El equipo descubrió que la actividad de la amígdala aumentaba cuando los participantes percibían a las personas necesitadas.  No es sorprendente que esto fuera especialmente ciento para los participantes que obtuvieron un alto grado de empatía. Como señalan los autores, otras investigaciones han vinculado la capacidad de ayudar a otros al bienestar personal. En conjunto, estos estudios sugieren que los seres humanos poseen un "instinto compasivo" subconsciente, un impulso de ayudar a las personas que existen incluso en partes del cerebro que a veces se denominan "primitivas " o "reptilianas". 

Las personas optimistas cogen lo bueno de lo malo. Pero esta investigación plantea otra pregunta: ¿La Felicidad humana depende de filtrar las cosas negativas de la vida? Pero esta investigación platea otra pregunta: ¿La Felicidad humana depende de filtrar las cosas negativas de la vida? Pero esta investigación plantea otra pregunta. ¿La felicidad humana depender de filtrar las cosas negativas de la vida?


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¿Cómo reaccionan las personas optimistas ante la caída de un  cristal, los atascos de tráfico, las amenazas del jefe o incluso la visión de los sin techo en la calle? Esta es la pregunta abordada en otro estudio publicado en la revista Social Cognitive and Affective Neuroscience. La estudiante Tabitha Kirkland trató de determinar si la amígdala de las personas mas optimistas responde de manera diferente a los estímulos positivos y negativos en comparación con las personas menos optimistas. Cunningham y Kirkland registraron la actividad de la amígdala de 42 participantes al ver series de imágenes positivas, negativas y neutras. Los participantes también completaron encuestas para determinar sus niveles de felicidad subjetiva. 

¿Había algo distinto en la forma en que el cerebro de la gente feliz respondió a los diferentes tipos de fotos? De hecho, en comparación con personas menos felices, los investigadores encontraron que las personas mas felices tenían mayor activación de la amígdala en respuesta a las fotografías positivas. Pero no tuvieron una respuesta reducida a las imágenes negativas, como sería se esperaba por las "gafas de color de rosa" de la felicidad.  De hecho, los investigadores descubrieron que la "activación de la amígdala entre los participantes mas felices era igualmente alta para los estímulos positivo y negativo. Según el estudio, esto sugiere que las "personas mas felices no son necesariamente ingenuas o ciegas a la negatividad, sino que reconocen las cosas tanto buenas como malas de la vida. 

Este es un hallazgo particularmente interesante porque sugiere que ser capaz de sentir y responder a la información negativa puede ser realmente un componente importante de la felicidad. La conclusión de los autores de este estudio: "Las personas felices son alegres, pero equilibradas." El resultado de esta investigación es que nuestra amígdala ya no puede verse simplemente como el centro del miedo del cerebro. En cambio, parece que incluso a un nivel muy profundo e instintivo, estamos conectados para a las personas necesitadas y ayudarnos unos a otros y que hacerlo podría ayudarnos a ser felices. 

Fuente:  Por Summer Allen y Jeremy Adem Smith, Marzo 29, 2016